Un joven arquitecto mallorquín hace un proyecto de fin de carrera sobre el histórico islote
Un palacio de convenciones para la Illa del Rei
A. M. O. Maó
Un palacio de convenciones para la Illa del Rei
A. M. O. Maó
El proyecto de recuperación física y simbólica de la Illa del Rei que lleva a cabo la Asociación de Amigos de la Isla del Hospital ha sumado estos días una nueva y sorprendente propuesta recogida en el proyecto de final de carrera del joven arquitecto mallorquín Miquel Timoner Salva. Entre otras actuaciones propone la creación de un palacio de convenciones y una sede para un centro docente multiusos. Aunque sólo se trata de un ejercicio académico, tal y como insiste Timoner, en su proyecto titulado “Recuperación de la Isla del Rey”, el joven arquitecto propone agrupar la edificabilidad de las instalaciones más pequeñas (sin valor patrimonial ubicadas frente al edificio histórico) en un nuevo complejo que acogería un salón de actos para 300 personas y una sala polivalente de 400 metros cuadrados. “La cubierta del nuevo edificio quedaría enrasada con la planta baja del edificio principal. De manera que se libera esta zona de obstáculos visuales y entre ambos se crearía una especie de foro público”, explica. En su proyecto elimina barreras arquitectónicas, facilitando así la accesibilidad al complejo desde el propio embarcadero, igualmente adaptado, que comunicaría a su vez con la basílica. Incluso propone la limpieza de la zona norte para convertirla en un espacio de baños. Asimismo, apuesta por rehabilitar el edificio principal para acoger una biblioteca, laboratorios, un restaurante y salas de exposiciones.Reconoce que en su proyecto no ha tenido en cuenta las limitaciones impuestas sobre protección de edificios históricos, simplemente comenta que le pareció atractivo trabajar en el diseño de unos equipamientos públicos en un caso práctico como la Illa del Rei. “Mi padre, Miquel Timoner, está muy ligado a la Fundación Hospital Isla del Rey y considero que es un punto emblemático en el puerto que da pie a muchas propuestas”, explica. El joven arquitecto asegura que los miembros de la Fundación han acogido gratamente la propuesta. “Es una aportación más y sobre todo les interesa los posibles usos. Las soluciones arquitectónicas que planteo son personales y pueden chocar con la normativa, pero me pareció una idea atractiva”, apunta.
FUENTE: Diario Menorca, versión digital, 4/01/2009
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